Comunicación Social | Universidad Mariana | ISSN- 2981-3832
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FICCI: un viaje de aprendizaje en la producción audiovisual
FICCI: un viaje de aprendizaje en la producción audiovisual

Por: Valentina Paredes Leyton

El Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias es uno de los eventos cinematográficos más importante de Latinoamérica, no solamente por la presentación de diversas obras audiovisuales nacionales e internacionales sino por su academia de alta calidad para amantes y profesionales de la producción audiovisual, brindando masterclasses, talleres y paneles con personas distinguidas que buscan profundizar en el arte del cine.

Participar en el FICCI es adentrarse en un mundo de proyectos, películas, cortometrajes, largometrajes y documentales que, como estudiantes, nos aporta todo un mundo de narrativas y visiones únicas. Nosotros pudimos presenciar las películas colombianas  «La piel en primavera” y “Malta”. Toda esta diversidad de estilos e historias no solo enriquece culturalmente sino que también experimentamos una comprensión profunda de diferentes contextos y situaciones que suceden alrededor del mundo.

Cada etapa de la cinematografía es explorada, desde la escritura de guiones hasta la postproducción y la industria del cine. Gracias a esto, nosotros como estudiantes tenemos la oportunidad de sumergirnos en la creatividad y la técnica desde el aprendizaje y la experiencia. Entre las experiencias técnicas de la producción audiovisual en las que participamos, se destaca la masterclass de Sebastián Zuleta, titulada “La música y su proceso de creación para el cine”, en la que entendimos la música como un refuerzo de la imagen que produce sensaciones en el público, logrando así evocar las emociones necesarias que necesita recrear la producción, también como un apoyo contextual e incluso histórico para sumergir a las personas en el ritmo de la obra. 

En este mismo sentido, también tuvimos la masterclass de Luis Lizarralde y Santiago Uribe, “Supervisión musical para cine y televisión”, donde charlamos también junto a la compañía de Max Oldham, supervisor musical de Netflix, sobre temas y condiciones legales del uso de derechos de autor de la música para la realización de proyectos audiovisuales, respondiendo muchas incógnitas que se tiene acerca de las políticas necesarias cuando se tratan temas importantes como la legalidad de la realización. 

Pero más allá de las habilidades técnicas, el festival también fomenta un profundo entendimiento del impacto social del cine. Se exploran temas como el conversatorio: “Desafíos actuales para producir cine en Latinoamérica” en el que aprendimos las situaciones que debemos considerar al momento de realizar cine en Latinoamérica, como la casa productora, la comercialización, el presupuesto, la localidades, entre otros aspectos. 

También destacamos el foro “En todos los sentidos: prácticas de inclusión y accesibilidad audiovisual en Colombia”, en el que nos mostraron cómo es el arduo trabajo detrás del Closed Caption y subtítulos de las producciones audiovisuales para incluir a la comunidad sordomuda en las experiencias audiovisuales. Entre otros diálogos sobre el papel del cine social en la actualidad. 

En última instancia, el Festival Internacional de Cine no solo es una celebración del arte cinematográfico, sino también un espacio de aprendizaje continuo y crecimiento personal para todos los apasionados por la producción audiovisual. Fue una experiencia maravillosa que nos educa y nos inspira a seguir en el amplio y creativo mundo del cine, siempre teniendo un enfoque social que permita vivir de estas experiencias entre la diversidad de culturas que nos rodean.