Por: Angélica Rodríguez | Arte: Juan Pinzón
El 4 de mayo de 2023, en el teatro Javeriano de la ciudad de Pasto, a las 7 p.m., las primeras notas del piano tocadas por Guillermo Escandón cayeron como gotas de lluvia en la mañana casi hasta acariciar el alma de los asistentes en el “Recital de compositores colombianos”.
En esa noche mágica, Guillermo, acompañado por Jonaira Rosero, ambos músicos nariñenses, interpretaron obras de compositores colombianos como Adolfo Mejía Navarro, Jorge Humberto Pinzón Malagón, Pedro Sarmiento, Alexander Paredes Salazar, y especialmente de la obra de Javier Fajardo Chávez: una suite andina, colombiana del 2005, como el preludio – estilo andino, yaraví, bambuco, pasillo y son sureño.
Jonaria Rosero mantiene vivo el recuerdo de hacer parte de los grupos de música de su familia, es ahí en donde surge su pasión. Inicia sus estudios en la Universidad del Cauca. Luego, continuó su formación musical en la Universidad Nacional de Colombia hasta graduarse como fagotista. Pero sus ganas de seguir aprendiendo la llevaron a romper las fronteras de Colombia. Así, llegó a México en el año 2012. Allá vivió por más de 10 años. Allá dio algunos conciertos. Allá dio a conocer la música nariñense. Hizo parte de la Orquesta Sinfónica de Chiapas como fagotista principal, la Orquesta Sinfónica de Acapulco y la Orquesta del estado de Puebla. En 2017 participó en una serie de conciertos con la Orquesta de Cámara de Liubliana, Eslovenia. En 2019 fue invitada principal del Festival de Alientos de la Universidad de Chiapas y en 2022 fue parte del disco Ecos Volumen 1.
Regresó a Colombia para enseñar a las nuevas generaciones todo lo que había aprendido musicalmente y actualmente es profesora en la Red de Escuelas de Formación Musical de Pasto.
Guillermo estudió su pregrado en la Universidad del Bosque, en Bogotá. Después hizo su maestría en la universidad Javeriana de la misma ciudad, realizó un intercambio en el Posgrado en Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde recibió clases con el maestro Fernando Saint Martin. Y actualmente se encuentra cursando una maestría más en la Fundació Conservatori Liceu en Barcelona, España.
En otros tiempos, él frecuentaba con su padre escenarios musicales en la ciudad de Pasto. Allí, en el teatro Imperial. Después, no se perdía ningún concierto en ese lugar. Desde el 2020 se ha dedicado a la enseñanza en la Red de Escuelas de Formación Musical de Pasto. Le gusta ser profesor. Le gusta conectar con sus estudiantes. Le gusta transmitir saberes, y sobre todo, compartir su cultura. Por eso, a sus alumnos les inculcan el amor por la música de su tierra.
Algo importante para su vida como artista en formación fue su experiencia en la Universidad del Bosque, como alumno de Piedad Rosas. Y luego en la Universidad Javeriana cuando recibió clases de Sergei Sichkov. En la capital colombiana fue elegido para participar en la temporada de conciertos universitarios en el auditorio Fabio Lozano. En el año 2017 fue pianista de la Filarmónica Joven de Colombia. Además, tomó clases magistrales con pianistas como Martina Filjak, de Croacia, Jorge Luis Prats, de Cuba, Joyce Yang, de Corea, Giovanni Bietti de Italia, Michael Tsalka de Israel y Alexei Melnikov, de Rusia, Rene Lecuona de Estados Unidos, Adonis Gonzáles de cuba, entre otros. Cada lección amplió sus horizontes y le inyectó una pasión renovada por su arte.
Aunque hace un tiempo su obra “Meridional” ganó el premio de la convocatoria departamental de Nariño “Cultura viva”, en 2021, por ahora no está interesado en la composición.
Los dos músicos nariñenses fueron invitados al Festival “Música de Cámara Iberacademy 2023” en Antioquia. Allí dieron sus últimos conciertos de la temporada en los municipios de El Retiro, Santa Fe de Antioquia, Guatapé y Jericó.
Cuando los instrumentos que suenan en los teatros, más allá de la música en sí misma, parecen mostrar historias creadas por los intérpretes justo en el momento en que crean la música. Por eso, Guillermo y Jonaira dejaron muchas huellas en ese concierto.
El fagot, profundo, se unió al piano como si le estuviera compartiendo secretos. Y ahí estaba Nariño. Las notas que juntaban a los dos instrumentos eran un abrazo en este sur profundo. El fagot y el piano dialogaron, conversaron hasta la trascendencia.