Pero yo ya no estaba
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" Augusto monterroso
Por: Cesare Camilli

Despertaba por segunda vez…estaba tan agotado entre sueños de aire libre, de árboles trepados, de ríos navegados, de persecuciones imposibles, de altísimas montañas y arenas límpidas y desiertas… agotado de tanto soñar.
Al despertar no encontré al dinosaurio, ya no estaba allí, se había ido, desistió de mi carne, seguro aburrido de tanta espera.
Al salir de la humedad oscura de la montaña, cegado por la luz blanquísima del sol, mis manos fueron la guía entre rocas y líneas de sangre, tierra y astillas en mis uñas y miedo en el pecho.
Llego al río aromático y lejano, soy libre, aunque único, libre. Mis dedos acarician los peces en el agua, hilos de frío congela mi cuerpo mojado y tiras de sol cada vez más delgadas ya no castigan, mis ojos se abren al recién nacido mundo que ahora me reclama.
Ahora descubro el pico del graznido, el ramaje del viento, los nuevos colores en mi piel, polvo y pelo cubren mi historia para contar; ahora, ya la nueva luz borda mi pupila y acaricia la sombra del ave muerta alimentando el arbusto que toca mis manos, ya veo, ya puedo ser, pero no estoy aún, el burbujear del agua tiene forma y me lleva hasta mi hogar, lo que solía ser, lo que recuerdo.
Al llegar a la vieja roca hueca, no hay nada solo ceniza antigua, rocas pintadas de fuego muerto y yerbajo amontonado al lado de la entrada.
Estoy solo, no hay padre ni madre, ni viejos, ni amante, abandonado a la suerte de mi primer silencio, no fui esperado; ya este nuevo mundo había sido abatido por la tristeza del mundo viejo.
Vago nuevamente y aunque vuelvo de vez en cuando a mi hogar que sigue vacío, ahora ya esconde bestias que mugen devorando huesos de los débiles, ya no extraño las miradas de los que fueron, ahora tan solo deseo volver a ver la última sombra viva del dinosaurio y prefiero volver al miedo vivo a estar en la espera de alguien que no se si aun exista.