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Retos y aprendizajes en el periodismo local y regional


Los dos premios nacionales de periodismo Simón Bolívar, Claudia Ortega y Alejandro Rosero, directores de noticias de Caracol Radio y RCN radio en Pasto, respectivamente, compartieron no sólo su conocimiento y experiencia sino también el corazón al abordar el tema del periodismo local y regional, y los recuerdos que llegaron de su tiempo de formación en el Programa de Comunicación Social de la Universidad Mariana.


El conversatorio, en el marco del día nacional del Periodista, Claudia Ortega lo abrió con el tema de los periodistas que se formaron en la experiencia y quienes recibieron una formación profesional y cómo, en sus inicios, tuvieron que afrontar y asumir un contexto donde la mayoría de quienes estaban al frente de los espacios periodísticos eran empíricos. Esa barrera que se pronunció más, recuerda Rosero, con la desaparición de la tarjeta profesional. Hace 20 años el colegaje era casi nulo y las relaciones entre periodistas eran lejanas. Este tipo de situaciones actualmente se han mejorado y para ello la formación académica ha contribuido significativamente.


Los invitados al conversatorio recordaron sus inicios en la radio, las experiencias y actividades desarrolladas en el medio durante varios años al servicio de la comunidad nariñense.


- “Esto lo llama a uno. La radio es una pasión, es un tema que te atrapa totalmente”

Comenta Alejandro, antes de recibir la pregunta de Gabriel Cardona, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Mariana, quien lo indagó sobre el premio nacional de periodismo el invitado ganó en dos ocasiones.


“Aquí en la Universidad, cuando era estudiante, a mis compañeros de teatro les decía:

- Yo me voy ganar un Simón Bolívar.


Ellos, como dicen ahora, me hacían bullying. Yo soy de los que piensan que cuando uno tiene un sueño hay que seguir trabajando cada día para conseguirlo. A mi hijo un fin de semana le dije:

- Me voy a levantar.

- Papá hoy es domingo puedes quedarte descansando.

- Recuerda que los sueños se consiguen trabajando no durmiendo.

Desde ese día mi hijo madruga todos los días”.


Ese sueño se cumplió para Alejandro a sus 30 años con la crónica radial Soy pastuso y qué, ganadora del Premio Nacional de Periodismo, en un homenaje al multifacético Chato Guerrero. Y el segundo premio es una crónica radial sobre el tema de los desaparecidos, que se enfocó en el dolor de las mujeres que habían perdido a sus seres queridos.


Luego, en el conversatorio Cristian Moreno, estudiante de Comunicación Social, abrió el tema sobre la situación laboral de los periodistas. En ese sentido, Claudia Ortega fue directa al referir que aún se mantiene en gran parte de los medios locales de la región, la realidad donde “al periodista no se lo contrata sino que se le arrienda unos espacios y es el periodista el que debe pagar para poder trabajar y asumir, a la vez, el rol de vendedor de su producto a través de cupos publicitarios. Quienes otorgan los cupos publicitarios en su mayoría son las entidades de carácter público. Esa es una situación difícil porque encontramos a periodistas que llevan muchos años ejerciendo la profesión, pero que no cuentan con prestaciones sociales, no tienen asegurada su pensión. Este es un tema en el que debemos trabajar, la dignificación de nuestra profesión”.


El problema se vuelve más agudo, cuando se presenta en las entidades o empresas presión para afectar al buen periodismo y viceversa, mal llamados periodistas que presionan a las empresas para que les otorguen un cupo publicitario.


Al respecto, en unas de las últimas entrevistas que ofreció el periodista Javier Darío Restrepo (QEPD), en la participación que realizó en el evento reflexionando las disciplinas, en la Universidad Mariana, fue claro en enfatizar que la economía de un medio de comunicación debe estar al servicio de la información no al contrario.


Claudia Ortega recordó, a los jóvenes en formación como Comunicadores Sociales que para realizar un buen cubrimiento, aunque no existe una fórmula dada, es imprescindible interactuar más con la gente, aprender de las fuentes y hay que prepararse bien y saber qué, a quién y cómo preguntar. Lo fundamental al realizar un cubrimiento es contrastar las fuentes y hacer el seguimiento de los acontecimientos para que no pasen desapercibidos.


Referente a la crónica radial Alejandro Rosero dijo que este formato permite que el realizador aproveche la magia de la radio y con el poder de la imaginación hacer que los oyentes se transporten y sientan, en esos minutos que escuchan, los espacios, los lugares, las personas; mediante el buen uso del lenguaje radiofónico: sonidos, música, silencios, voces y le pinten esa realidad a la persona a través de los oídos para que ella pueda oler, saborear, ver, lo que se está recreando de la realidad. Teniendo en cuenta el poder de los pequeños detalles que enriquecen a la vida misma.


Los invitados a este conversatorio recordaron momentos del cubrimiento periodístico donde la sensibilidad humana y la realidad social golpea al instante de estar experimentando contextos difíciles. Momentos en los cuales la formación recibida se convierte en un pilar importante para la actuación ética, humana y comprometida con la población, especialmente la menos favorecida.


Hicieron la invitación a marcar la diferencia en el trabajo periodístico. Entre anécdotas y experiencias significativas el diálogo contagió de retos y pasión por el periodismo. En medio de la sensibilización inicial compartida por Francisco Torres, Director del Programa de Comunicación, quien leyó algunos apartes de la reflexión de la Fundación para la Libertad de Prensa, sobre los periodistas asesinados, muchos de los casos aún siguen impunes.


Quedan así aprendizajes, experiencias, retos y expectativas que abordar y trabajar en el mundo del periodismo local y regional. Gracias a los invitados por los aportes realizados y feliz día del periodista.


Video del evento:


Registro fotográfico:





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