Recorrer la ciudad con cámara en mano, se volvió una costumbre que aprendí de pequeña y que aún prevalece. Mi abuelita me adentró en esta aventura de curiosear las historias que Pasto tiene para contar. Creo que desde ahí me enamoré de la fotografía. Me gusta el arte en todas sus expresiones, la música, y si esto lo puedo combinar con velocidad, me la pasaría sobre ruedas.
Aunque todavía lucho por ahí con quienes creen que Comunicación Social es sólo periodismo, he podido continuar con esa búsqueda de aprender nuevas cosas, nuevas habilidades y nuevas formas de expresarme, como lo hago a través de la realización audiovisual. Aún no he logrado controlar el caos en el que a veces me convierto, pero estoy en el proceso de averiguar hacia dónde voy y qué dirección debo seguir para lograr todo lo que quiero.